BENAMAUREL UN PASADO Y PRESENTE TROGLODITA
COMENTARIOS CRONOLÓGICOS SOBRE LAS CUEVAS
La utilización de las cuevas se remonta a épocas prehistóricas en que parte de la humanidad las utilizaba como vivienda natural aprovechándose de las que la naturaleza proporcionaba.
En las cuevas los hombres quizás comenzaron a desarrollar la mente de manera mas rápida en su evolución y posiblemente comenzaran a despertar el alma, debido tal vez al abrigo que les proporcionaba su temperatura estable(16-18ºC ), a la tranquilidad como sitio defensivo, difícil de acceder por las fieras y hombres rivales, pues no en vano aún se conservan ese basto testimonio de pinturas rupestres, manifestaciones artísticas encontradas en piedra, huesos, cornamentas de animales, etc.
Durante el paleolítico las cuevas han sido por excelencia el habitáculo donde las personas han iniciado su desarrollo social más profundo debido a la necesidad de corregir las diferencias de carácter y personalidad del ser humano que convive, codo con codo, con varias familias juntas, de generación en generación.
A todo esto habría que añadir la influencia de la utilización del fuego, recurso inacabable en aquellas épocas, fuego que, desde la edad antigua, pasando por la edad media, la moderna, y ahora en la contemporánea, aún nos resistimos a deshacernos de él en nuestras famosas cuevas, y como muestra visible vease las famosas y artísticas chimeneas de fuego a leña de todo el altiplano granadino, alpujarras, etc, donde las personas alrededor del fuego de leña viven las tertulias mas constructivas y amenas, acompañados, claro está, de un buen vino y su correspondiente tapa.
También sigue siendo una buena compañía para las personas que necesitan templar su tristeza con el calido abrazo de la lumbre, o crecer leyendo un buen libro, o meditar percibiendo el aliento del fuego purificador, o asarse unas buenas "papas", unas chuletas de cordero, cocinar un buen arroz, unas migas, etc. Y todo eso en la lumbre.(amigo lector, ¿se te ha hecho la boca agua?. Si no es así, es que estás recién comido o eres vegetariano)
LAS CUEVAS EN LA EDAD MEDIA
Es en esta época cuando la construcción de cuevas adquieren su mayor esplendor con la llegada de los ALMOHADES.
LAS CUEVAS EN BENAMAUREL
La cueva en Benamaurel ha sido y es por excelencia la vivienda más acogedora y confortable. Una vez realizadas las mejoras o reformas adecuadas de aireación e iluminación que cada una necesite no tiene nada que envidiar a una casa normal. Hoy día dispone de los elementos básicos de comodidad y confort que pueda tener cualquier vivienda: agua potable, luz eléctrica, televisión e Internet.
La tradición troglodita de Benamaurel nos viene del legado Almohade que trasladaron costumbres de habitabilidad del Magreb, habiendo antes pequeños indicios de otras costumbres de habitáculos-cuevas en la época Argárica que no son nada determinantes como fuente de inspiración troglodita.
Pero no creamos los aficionados trogloditas contemporáneos que estamos solos por unas cuantas provincias de Andalucía y otras tantas de España, nó, pues se dice que actualmente hay un censo de mas de 50 Millones de personas(familias) residiendo en cuevas alrededor del Mundo: China, india, Turquía, Pakistán, , Etiopía, Nigeria, EEUU de América, América Latina, etc.
En España la provincia mas poblada ha sido Granada, repartiéndose en mas cantidad por el altiplano Granadino: Comarcas de Guadix, de Baza y de Huéscar.
En Benamaurel hasta los años 60 mas del 80% de las personas vivian en cuevas hasta el punto que la mayoría de los pequeños comercios denominados "Tiendas", se ubicaban en cuevas. Había un bar muy famoso que se llamó "Bar La Cueva" regentado por Juan Seta. Fue cuando se acometieron los saneamientos, y red de agua potable y se construyeron las casas de protección oficial cuando se empezaron a dejar casi todas las cuevas del núcleo urbano y algunas otras de los anejos para segunda vivienda o para arreglo de animales y almacén comenzando el declive troglodita. A partir de los años 80, viendo unos cuantos enamorados de las cuevas que adecuándolas podría ser la vivienda ideal, en Benamaurel arrancó nuevamente el gusto por vivir en cuevas incluso se inicia una etapa, algo mas tarde, del turismo troglodita que ya venía haciéndose en otras localidades como Guadix, y Galera principalmente. Hoy día para reservar una cueva en fechas señaladas (Semana Santa Navidad, Puentes, tienes que pedir reserva tres meses antes ).
PROCEDIMIENTOS DE CONSTRUCCIÓN DE LAS CUEVAS
Lo primero que hicieron nuestros fornidos, pacientes y aguerridos antepasados picoleros fue encontrar unos cerros de gran consistencia y altos. Una vez realizadas las catas, procedían a despejar la falda vegetal del cerro con azadas, picos y herramientas arrastrándolas montaña abajo. Como empezaban desde lo más alto, los materiales a excluir caían rodando por gravedad ladera abajo haciéndoles mas fácil el realizar este ingente trabajo, pues no hay que olvidar que se hacía manualmente. Una vez despejado el manto orgánico, procedían a construir la fachada de la futura cueva. Retiraban tierras muertas inconexas, hasta llegar al material más duro y consistente del terreno, denominado "LACHA".
Ya con el terreno firme comenzaba la ardua tarea de picar y retirar tierra hasta conseguir una pared vertical de aproximadamente unos 4 metros de alta por unos 8 de ancha (estas medidas se eligen como media) pero lógicamente dependiendo de varios factores y circunstancias , ya que ninguna cueva se hace igual a otra, como ningún artista pinta o hace esculturas iguales a otras.
La técnica era diseñar el plano vertical para poder realizar la entrada de la vivienda cueva y dejar despejada el máximo de fachada a ambos lados de la entrada principal para lograr hacer después habitaciones con ventanas al exterior. De esta forma dejaban pasar la luz solar, ya que lógicamente hace siglos no había electricidal, además el factor de la ventilación era y es primordial.
Encima de la fachada, a unos dos metros cerro arriba realizaban unas canaletas tipo brazal descubierto, denominados regueros que tenia la función de canalizar las aguas de lluvia, de escorrentía, haciéndolas discurrir cerro abajo hacia zonas distantes de la cueva. De esta forma alejaban el peligro del desgaste de la fachada por erosión, anulando también la humedad y los chorreones de barro que ensuciaban la fachada, porque como después se dirá estas se encalaban y, al tiempo esta agua de escorentía se aprovechaba para regar pequeños jardines y en algunas cuevas-majadas para llenar los Aljibes de agua para el ganado.
Una buena fachada es importante pero NO ES DETERMINANTE de la calidad de la cueva.
INICIANDO LA CUEVA
La entrada principal o portada de la cueva solía hacerse una vez acabada la fachada, repicada de picola fina. Era más bien pequeña. tal que permitiera a las personas más altas pasar agachando la cabeza, así como suficiente para la entrada y salida de los equinos (burras- mulas-caballos) que sin aparejo realizaban el tránsito. Las ventanas eran mas bien pequeñas de unos 40cm x 50 cm., que bien orientadas permitían tener luz solar y sin que la isotermia de la cueva sufriera cambios muy bruscos.
Tomadas las medidas de la entrada se disponían a picar dejando el primer muro del portal de unos 0,80 a 1,5 metros de ancho, según la resistencia o robustez del terreno.
EL PORTAL
La primera habitación que se hace tras pasar la portada, o lugar donde se coloca la puerta, se denomina portal, que es la habitación de tránsito. Las dimensiones dependían del terreno o lacha y otras circunstancias sicológicas y de necesidad de los futuros habitantes trogloditas(por término medio eran de 2,8 metros de Luz, 4 metros de largo y de 3 a 3,5 metros de alto ).
Esta primera habitación que te encuentras tras pasar la puerta de entrada principal, suele ser amplia y más alta que las demás. En el portal se enmestaban las patatas, frutas, granos y leguminosas antes de pasarlas a los atrojes y despensas varias para su almacenamiento definitivo.También se colgaban los membrillos y demás frutas (kakis, uva, acerolas, peros, pera de invierno y selvas que habrían de aguantar hasta el invierno) y no faltaba a quien podía ver colgados sus chorizos, jamones, salchichones, butifarras, etc., que hacían mover los jugos gástricos nada mas entrar o salir de la cueva.
Mi abuelo metía en calcetines y medias las semillas de pepino, melón, calabazas, etc., y las colgaba en el portal ya que era el lugar mas seco de la cueva y así no le salían hongos ni le atacaban los insectos, además cuando estaban secas les ponía terroncitos de azufre que el mismo recogía de las bocaminas de azufre.
Como estos alimentos se colgaban en sendas púas de lo mas alto de la pared e incluso del techo, no molestaba al tránsito de las personas, quedando protegidos del alcance de los animales domésticos, roedores y niños,( bueno de algunos niños nó, como es el caso del que escribe y mi hermano Paco, pues hartos de probar con sillas, sin alcanzarlos, cogíamos los gatos y los tirábamos hacia arriba y estos al intentar no caerse se agarraban a las tripas de chorizos que caían al suelo, después salíamos corriendo a comerlas con los amiguillos que tenían el pan preparado y lumbre si estaban aun frescos).
Ni que decir tiene que era en el portal donde se colgaba el marrano, o cerdo, en la clásica matanza, que se hacía con la llegada del frío, a partir de últimos días de Noviembre hasta Enero incluido. En este habitáculo es donde más frío hace debido a que es la primera habitación y además la puerta de entrada de madera que suele tener dos medias hojas deja pasar el frío en estas gélidas fechas de invierno.
Los techos solamente se hacían planos cuando el terreno lo permitía por contener alguna buena jabaluna o un lienzo de lacha muy dura, recortando la luz a máximo 2,40, pero después de los sabios picoleros almohades siglo XII-XIII, que al parecer si tenían técnica suficiente para este logro. Ahora se dejan cóncavos curándose en salud para evitar cualquier desprendimiento, así pues las cargas o fuerzas del techo no recaen sobre el centro de la habitación sino sobre los fortísimos muros o paredes denominados hombros con lo que se evita al máximo el peligro de derrumbe por terremotos, etc.